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"Nada podemos esperar sino de nosotros mismos"   SURda

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13-08-2015

 

Resultado electoral: mirar de frente la dificultad


 

SURda

Opinión

Argentina

Rolando Astarita

En una carta dirigida a Marx, con fecha 18 de noviembre de 1868, y comentando los resultados de unas elecciones que se habían celebrado en Inglaterra, Engels escribía: “¿Qué me dices de las elecciones en los distritos fabriles? El proletariado se ha desacreditado una vez más”. Luego de apuntar algunos distritos obreros –Manchester, Salford, Ashton- en que habían salido electos candidatos tories (conservadores) y liberales, agregaba: “En todas partes el proletariado es la cola, el trapo de piso y el furgón de cola de los partidos oficiales, y si algún partido ha ganado fuerzas con los nuevos votos, es el tory”.

Rescato y reivindico en estas líneas una actitud: reconocer abierta y francamente la situación en que se encuentra la clase obrera. Actitud que, inevitablemente, tiene su eco a la hora del balance de las elecciones del domingo pasado. Es que para los socialistas el dato más relevante es que el 92,6% de los votos, a nivel de todo el país, fueron para los cuatro primeros partidos burgueses. Para que no quede lugar a dudas: en La Matanza, partido del Gran Buenos Aires de composición obrera y alto porcentaje de pobres y desocupados, los tres partidos burgueses principales sacaron el 90% de los votos. En el resto de las localidades obreras, los resultados son similares: la amplia mayoría de la clase trabajadora y los sectores oprimidos han votado a partidos enemigos del socialismo. Y el mismo panorama se repite elección tras elección.

Pues bien, este resultado no se puede explicar solo, ni principalmente, con el argumento “los partidos de izquierda no tenemos recursos para hacer conocer nuestras posiciones, y por eso los partidos del sistema tienen tantos votos”. Después de todo, en el modo de producción capitalista los partidos de la burguesía dispondrán siempre de inmensos recursos, públicos y privados para financiar sus campañas y hasta para corromper a franjas de los sectores oprimidos. Este es un dato de la realidad, con el que los marxistas contamos (y no habría nada peor que hacerse ilusiones con que pueda suceder de otra manera).

La cuestión es más profunda. En este respecto, en otra nota he planteado que uno de los problemas graves que enfrentamos los marxistas es que el ideario socialista hoy está quebrado en la conciencia de las masas trabajadoras (ver aquí ). Ahora insisto con esta cuestión. Los fracasos de los “socialismos reales”, o el actual desastre del “socialismo siglo XXI”, no son cuestiones menores. La izquierda no puede desconocerlos. En 1927, o sea, apenas una década después del triunfo de la revolución, Trotsky pronosticó que una vuelta de la URSS al capitalismo provocaría un retroceso “infinito” en la conciencia socialista de la clase obrera mundial. En 2015, y con las experiencias (y horrores) stalinistas a cuestas, aquel pronóstico de Trotsky tiene validez multiplicada. Por eso, la pregunta que hacían hace poco unos periodistas a representantes de la izquierda en un programa de TV, “¿en qué país se aplicó con éxito lo que ustedes defienden para Argentina?”, es crucial e ineludible.

Sin embargo, las respuestas no terminan de convencer, o barren los problemas debajo de la alfombra. Para ponerlo en términos de preguntas: ¿se puede seguir mirando para otro lado ante lo que sucede en Venezuela o Cuba? ¿Se puede argumentar seriamente que todos los problemas se deben a “la derecha y el imperialismo”? Además, en ese caso, ¿en qué se diferenciaría el argumento de la izquierda del que presenta el kirchnerismo izquierdista? Por otra parte, ¿se puede explicar la burocratización de las revoluciones por “desviaciones” de un curso esencialmente correcto? En los 1980 el Movimiento al Socialismo respondía con la fórmula “Cuba más democracia”. Dejando de lado la insuficiencia (para decirlo con suavidad) de esa respuesta, hoy ni siquiera sirve para salir del paso. Por último, ¿se puede seguir afirmando, con alguna seriedad, que el chavismo ha puesto de nuevo en la agenda de la clase obrera mundial al socialismo? Hay que vivir en una burbuja para desconocer la realidad que vive hoy Venezuela.

En resumen, sostengo que en tanto no se encaren estas cuestiones, el apoyo de los trabajadores y oprimidos a los partidos capitalistas no se va a superar diciendo “si nos votan y llegamos al gobierno vamos a dar el 82% a los jubilados, elevaremos el salario mínimo a $15.000, prohibiremos los despidos y dispondremos el control obrero, mejoraremos radicalmente la salud y la educación y construiremos viviendas populares”. La reconstrucción de un programa socialista no pasa por un listado de medidas “populares” y “accesibles”. El problema hay que ponerlo en la agenda de discusión de la izquierda. Y para eso, el primer paso, es volver al criterio de Engels: mirar las dificultades de frente, sin empañarlas con frases consoladoras.

Fuente: https://rolandoastarita.wordpress.com/category/general/

 

 
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